Me siento
incapaz de escribir. No sé si será por intentar forzarme para llegar a un plazo
determinado o porque no tengo tiempo ni de poner mis ideas en orden. Incluso
puede ser que tengo hambre y el rugido de mis tripas tapa la melodía de las
letras que rebotan por toda la habitación. Suelo juntar palabras que resultan
ser una mini-historia de unos 2000 – 3000 caracteres con buena aceptación de un público
escaso pero muy selecto.
¿Y qué hago yo
en estos casos? Normalmente guardo algo de lo que he escrito —si es que he
escrito algo— por si alguna vez me apetece recuperarlo y sacarlo a la luz —cosa
que nunca sucede—. Pero esta vez no, ahora toca escribir algo. Me comprometí y
debo cumplirlo.
¡Música, eso es!
¡La música siempre me inspira! Veamos… Beethoven, Tiersen, Morente… Siempre los
mismos pero los únicos que me ayudan a sacar lo que tengo dentro.
Me acabo de dar
cuenta de algo con la última frase. Quizás me siento incapaz de escribir porque
no tengo nada dentro. Vale, puede parecer absurdo pero… ¿y si es cierto? ¿Y si
he llegado a escribir tanto durante los primeros y últimos diecinueve años que
ya se me ha agotado todo? ¿Y si me queda una vida por delante (larga o corta,
¿qué más da?) sin la escritura? Uh… mal rollo. No me gusta nada esa idea. Lo
mejor será ponerse ya con algo.
Vaya, ahora que
miro hacia arriba veo que hacerte empezar a leer algo y que le cojas las ganas
va a ser complicado porque me he dedicado a contarte cosas que quizás ni te
interesan. Será mejor dejarlo para otro momento en que yo esté más inspirado y
tú más predispuesto a leerme, ahora que ya me conoces un poco.
¡Por cierto! Que
descortés soy… Mi nombre es Carlos y espero que nos volvamos a ver por aquí en
poco tiempo.
Jajaja, me ha gustado mucho. La cuestión es qué escribir, y nadie nos hemos planteado que podemos escribir sobre nada, eso, ¡NADA! Escribir, escribir y seguir escribiendo, sin tener un tema concreto, sin saber muy bien qué poner, pero a la vez cuidando las palabras, seleccionándolo para que todo quede perfecto. Y sacar una conclusión, tener un texto considerable, entretenido y por qué no decirlo, divertido.
ResponderEliminarMis felicitaciones. Para la próxima te deseo inspiración, pero oye, ¡no cambies!
@Javier_Piris