lunes, 5 de diciembre de 2011

Un par de anécdotas fresquitas

Antes de nada, prometeros que estas anécdotas son totalmente ciertas

La primera tiene como protagonista a una amiga de mi señora madre.

Hace ya unos años, falleció un familiar lejano suyo… como se suele hacer en estos casos, la amiga de mi madre fue al tanatorio para mostrar sus condolencias con los familiares cercanos del fallecido. Al llegar al tanatorio vio a un grupo de personas, así que supuso que ahí estarían los más afectados, en efecto, allí estaban, dolidos por la muerte de su familiar. Como cualquier persona normal, la amiga de mi madre esperó su turno para dar el pésame, pero cayó en la cuenta de que no tenía ni idea de que decir en tal situación, no problema, escucharía lo que decían los demás, ella diría lo mismo y fin del asunto. Y así hizo, escuchó al que iba delante de ella decir: “Os acompaño en el sentimiento”. Por fin le tocó a ella dar el pésame, se disponía a decir exactamente lo mismo que le había escuchado decir al otro, pero pasó lo que a todo el mundo le ha pasado, esas veces que vas a decir una cosa y ya sea por nervios, lapsus o simplemente que se te queda la mente en blanco dices otra totalmente contraria, pero no había marcha atrás, tenia que decir algo, y su pobre cerebro hizo un esfuerzo por decir algo parecido a lo que había escuchado, ¡NO PODÍA SER TAN DIFÍCIL! y solo se le ocurrió soltar: “Que os sirva de escarmiento”.

La segunda tiene como protagonista a la misma amiga de mi madre.

Parece ser que esta mujer está ligada a los lapsus en los momentos menos indicados, porque esta anécdota se da en una situación similar a la anterior.

Esta vez el fallecido no era de su familia, sino de un familiar de una amiga.

La amiga de mi madre decidió que para consolar un poco a su amiga le haría un poco de sopa y se la llevaría al tanatorio para que cenara algo caliente. Así hizo, preparó la sopa y se la llevó allí, buscó a su amiga que estaba en la sala donde estaba el cuerpo del fallecido, se dirigió a ella y le dijo: “Te he preparado un poco de sopa para que cenes, no veas lo rica que me ha quedado, está para LEVANTAR A UN MUERTO”.

No hace falta describir las caras de los afectados en ambas anécdotas…


2 comentarios:

  1. Pobre mujer... ¿Pero esa mujer no tenía sentido común o qué? Ya sé que no esas situaciones no son fáciles, pero eso de no saber qué decir...? Dices "Te acompaño en elsentimiento", o "Lo siento mucho" o "Una gran pérdida, lo lamento", cualquier lamento menos lo que soltó...
    Podríamos decir que esa mujer cavó su propia tumba. Eso, y que me he muerto de la risa con las anécdotas... xD

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